Hugo Castillo, al igual que mucho de nosotros, ingresó al colegio con el apoyo de sus padres para recibir una buena educación. En nuestra época el Colegio Militar Leoncio Prado, era una referencia para las demás instituciones educativas del país, no solo por la estricta formación en valores, sino también por la calidad de docentes que tenía.

Los primeros meses fueron difíciles para todos, pero Hugo siempre se distinguió por ser un caballero. Los que tuvimos la suerte de compartir en las cuadras, el almuerzo, las aulas, o las salidas a los cuarteles, pudimos apreciar su comunicación cordial, “tranquilo semblante y honesta sonrisa”, y una actitud siempre dispuesta a apoyar al compañero en dificultades.

Y todos lo que los conocimos dentro del colegio, en los reencuentros, o en su vida profesional, podemos dar fé que la disciplina que le inculcó el colegio, junto con el compañerismo que forjó en los tres años que estuvo con nosotros, fueron los valores que lo distinguían y le permitieron ser exitoso en su vida familiar y profersional.

Buen alumno, respetuoso hijo, gran amigo, que lo recordaremos siempre, con las palabras de un gran amigo suyo:

“Querido Hugo Castillo,

Hoy que es tu cumpleaños me permito recordar algunos momentos…
Nos conocimos en 1974 y desde esa época nos hicimos compadres, primero de hecho, por estar en la misma sección, y luego de derecho, porque me brindaste el privilegio de ser el padrino de tu hijo…

Cusqueño de nacimiento, y orgulloso de tu origen, siempre estuviste a lado que quienes te necesitaron en el colegio, a veces con palabras y a veces con hechos, pero siempre apoyando a quienes lo requerían…

Este día, a casi 2 años de tu partida, con tu hijo hecho todo un profesional, y una esposa orgullosa de lo que ambos lograron y siguen cosechando, es importante mencionar, aparte de tu blanco bigote desde hace muchos años, que siempre serás recordado por quienes te conocimos tanto tiempo y continuarás en nuestros corazones mientras nuestro Señor nos lo permita…

Feliz cumpleaños al cielo, mi querido compadre…” Alberto Effio