Yo estudiaba en el Colegio Reyna de las Américas, en Santa Catalina, y lo que me motivó salir y entra al Colegio Militar Leoncio Prado fue conocer cosas nuevas, me aburría en el colegio, a pesar de que era mixto. Yo no tenía la facilidad de mandarme con las chicas. Crecí en un hogar disfuncional. Fui criado por mi madre y mi abuela.

Yo decidí entrar. Yo quise entrar. Me preparé en la academia, postulé e ingresé becado. Supe del colegio por dos amigos que pasanban a quinto año en ese entonces, Candela y Andrade. Entramos al Colegio Lucho La Madrid, la vieja Palma y otros más de mi colegio. Cuando ingresé al colegio era un pavo, literalmente. Me sentí bien en el Colegio desde el inicio. No me sentía solo. Y ante los gritos de los monitores de “Perros de Mierda”, me asusté al inicio pero los empecé a superar como todos. Y recuerdo que el primer mes cada uno contaba su historia. Yo recuerdo la del pato Hilbert, de ¿Cómo le habían quitado la hacienda, y su familia trató de rescatarla pero no pudo?, la de Curry que su Papá lo había obligado, y así cada uno con su historia.

El Colegio me hizo madurar, yo venía de un colegio particular y en el Leoncio Prado aprendí a valerme por mí mismo, a cuidar mis cosas y hacerme respetar. Yo jamás le había pegado a alguien, y en el colegio empecé a sacarle la mierda a todo el que se me enfrentaba. Yo no sabía que podía, porque no era mi costumbre a hacer daño, pero el colegió me obligó. ¡tuve que defenderme!

No terminé por una pendejada que hice con un amigo de llevar marihuana al Colegio. Porque todos los baños del colegio olían a marihuana. Empecé haciendo encargo para tres amigos y terminé llevando para veinte. Entrando al colegio el suboficial Arellano me detuvo, me rebuscó y al final encontró. Al zonzo de mi amigo lo descubrieron y él me tiro dedo. Por fortuna no encontraron la lista que teníamos sino nos íbamos a ir de baja como dieciocho. Afortunadamente el parte decía por “transportar” por lo que pude postular e ingresar a la marina.

Yo ingresé a la marina a los quince años y medio, pero el primer hermano de mi papá estaba en el poder, general en ese entonces, y él fue el que había ordenado las Calcamonías. El sacó a Velazco y puso a Morales Bermudez. Y por más que intercedieron por mí, a mi madre le dijeron “hay cosas en que los chicos nos saben que están metidos”. Lo que pasa con su hijo es política.

Después de eso, estudié e ingresé a la Universidad Cayetano Heredia. Pero uno de mi promoción de la marina, Ordoñez Galarreta, también lo habían sacado, y como su padre era Director de la Guardia Civil, nos acogió a todos, dos del ejército, tres de la FAP y cuatro de la marina. Ya en saliendo de la Guardia Civil vino el terrorismo, y nos mandaron a las zonas de conflicto. Hecho que me desvinculó de familiares, amigos y dos matrimonios. Tenía que estar aislado, no podían ir a la zona ni yo salir de allí.

El Colegio me dejó grandes amistades, y disciplina, orden. Me formó el carácter que me ha servido para desenvolverme en la vida.