Fui creo que el único que ingresó por propia iniciativa. Por lo que he conversado con mis compañeros, a la mayoría de ellos los metieron a la fuerza.

Yo si quise ingresar por Paco Hurtado. Él era el hermano de una amiga de mi hermana, y cuando tenía nueve años acompañé a mi hermana y lo conoci´ y nos hicimos bien amigos. El me llevaba un año en el colegio e ingresó primero que yo al Leoncio Prado. Un día lo fui a visitar allí y me impactó el edificio del Colegio, y de allí quise entrar. Mi familia se oponía, incluso mi padre que trabaja en el ministerio de guerra. Yo era un hijo de casa en ese momento, y el colegio me cambió. Pero a mí siempre me gustó desde que ingresé.

Tengo una familia muy unida, y recuerdo con mucha nostalgia las visitas que me hacía toda mi familia cuando estuvimos encerrados hasta el día de la madre. Recuerdo también cuando mi madre de pronto dejó de ir. Estuvo grave en el hospital y a mí no me dijeron nada. Cuando me enteré me afectó muchísimo porque no podíamos salir. Cuándo le pregunté al mayor Granda si me podía dar permiso me respondió: “tú eres médico”, dijo que ”no”, y replicó “qué diablos vas a hacer en el hospital”. Fui adonde el Pinglo y luego el coronel Pastor y fue la misma respuesta. No me dejaron salir.  Afortudadamente mi mamá pudo recuperarse depués de dos semanas, pero recuerdo hasta el día de hoy esos difíciles días que pasé sin poder verla.

Otra anéctoda que recuerdo también del colegio es de los Malacates. Daba miedo ir allí en la noche. Sin puertas ni luces, y historias de terror que circulaban entre nosotros. Uno nunca iba solo. Un día fui acompañado del chino Nakamoto, solo los dos. Y el bromista del chino quiso asustarme.  Pero cuando volteamos vimos una cara blanca y el chino dio un grito y salimos corriendo. Terminó más asustado que yo. Era terrible ir al Malacate. Un frío de mierda, y era el lugar donde se saldaban cuentas.

¿Qué me dejó el colegio?. Más que las enseñanzas sentir lo que es la amistad. Es algo que ha quedado para siempre. La amistad y el compañerismo que se ha convertido en una hermandad, que trasciende a las otras promociones también. Al santo de “Alto el Pensamiento” y la seña de “como una bandera”, siempre hay un leonciopradino dispuesto a apoyarnos.