Crecí en Chaclacayo y tenía 12 años cuando una tarde de diciembre de 1972 nos visitó mi tío Félix Santillana Pagasa quien fue ex-alumno de la 1ra. prom del CMLP y esposo de mi tía Nelly, hermana de mi padre, y le dijo a mi padre: «Gino, me encontré con Gustavo Escudero (el Cmdte. Escudero y Sub Direct. del CMLP de nuestra época) que fue mi compañero en el CMLP y de la EMCH y me preguntó si tenía interés en que Ricardo (su hijo y mi primo Ricardo Santillana Venturi de la 5ta. de 3ero y 4ta. de 4to.) estudiase en el CMLP así que lo voy a presentar, tu no quisieras que tu hijo también se presente?.

Mi padre volteó y me preguntó: Quieres ingresar al CMLP?; respondí que SI inmediatamente.

En enero me mudé a la casa de mis primos en Barranco para facilitar el proceso de admisión que culminó con la incorporación de ambos el 23 de marzo de 1973, cuando yo contaba con 14 años, dos meses y 10 días de edad. A mí me destinaron a la 6ta Secc. del 3er. año mientras que mi primo Ricardo (que era un «angelito») a la 5ta., así que armamos un grupo

No recuerdo que me hayan resultado muy duros los ejercicios iniciales, me adapte sin mucho sufrimiento por que siempre me gustó hacer ejercicios, lo que si, no me gustó mucho y de hecho fue el motivo por el cual no insistí en ser militar profesional es que no podía expresar mis opiniones libremente, pero comprendo con toda claridad que ese es el mejor modelo de organización para una fuerza militar y yo no tenía derecho a intentar deformarlo a mi conveniencia.

Ingresar al CMLP cambió mi vida para siempre, no hubiese podido enfrentar con la misma decisión y perseverancia los retos, pero mas aún, remontar todas las adversidades que me se plantearon en la vida, incluso hoy que aún persigo las metas que me fijé.

«Todo tiene solución, lo único que no la tiene es la muerte», nos repetían y con eso en mente avance y aún avanzo.

La vida militar con nuestro lema: «Disciplina, Moralidad y Trabajo» me fueron muy útiles y desarrollaron mi tenacidad con ética, la misma que complemente con una visión de mediano y largo plazo gracias a mi formación de Geólogo…..los geólogos estudiamos y nos beneficiamos de cosas que sucedieron hace millones de años, así que aprendí utilizar el factor tiempo, mi favor.

Estoy casado desde hace 29 años con mi linda esposa Mercy, tengo 5 hijos, (Gino Riccardo, el mayor de los hombres es ex-alumno de la LXIII Prom del CMLP), soy abuelo de 3 varones por mi hija mayor Pierina, dos de ellos son gemelos uni-vitelinos, así que como ya se imaginarán, es muy divertido, el resto de mis hijos: Giussepina, Gina y Renzo son solteros, los dos últimos, todavía en la universidad.

Estudié Ingeniería Geológica en la Universidad de San Marcos e hice una maestría en Geología de Minas también allí, siempre me he desempeñado en el rubro minero, actualmente tengo una pequeña empresa minera con grandes aspiraciones con la que trabajo desde hace 17 años. Recuerdo que cuando me inicié como geólogo de minas subterráneas me encontré con que la vida profesional era muy parecida a lo del CMLP, los procedimientos son rígidos, se vive internado en campamentos lejos de la familia, hay guardias rotativas, se usa uniforme de diario, casco, botas, correaje de seguridad, las estructuras son muy jerárquicas y el trato en ese entonces, era casi militar, así que yo estaba como pez en el agua, pero eso me alejó unos años de los reencuentros leonciopradinos.

Por eso, ahora que dispongo mejor de mi tiempo, asistir a los reencuentros ha sido un motivo de gran alegría pues he vuelto a ver las caras de mis compañeros y aunque todos pintamos canas, para mí (y no sé si les sucede a otros también), puedo al mirarlos, ver a los mismos niños que alguna vez ingresamos al CMLP y que compartíamos el mismo uniforme de diario, corte de pelo, las cuadras, el rancho, los ejercicios extenuantes, los salones de clase con esos profesores de lujo, los lindos uniformes de gala con los que salíamos en invierno o verano y sobre todo las ganas de salir a casa y el coraje de regresar cada domingo en la noche para comenzar otra vez.

Nuestro himno inicia con una idea que es un faro que guía mi vida: «Alto el pensamiento como una bandera, encendida el alma como azul hoguera» la misma que puede literalmente, «ayudarnos a mover montañas»