“Todas las personas tenemos un don, una cualidad, una característica, que se muestra a través del contacto que tiene con los demás, en la socialización. Nuestra hermandad de la XXX CMLP no es una excepción.

Así tenemos diversas expresiones humanas propias de cada quien, que atraen o chocan, por diferencias, por empatías, pero con el tiempo no solo nos vamos conociendo, sino también nos vamos queriendo. 

Una primera etapa fue cuando cadetes entre 1973 – 1975. Luego con los años, con los cambios de edad eso madura, se añeja como el buen vino, fermenta como la buena chicha, pues nos seguimos conociendo y también seguimos aprendiendo a querer. Gigi me diría “…no jodas, me llegas al bobo, pero sin mariconadas”.

Así es nuestro Gigi, con su voz aguda y subida, acompasada de su sonrisa característica. Siempre tratando de responder rápido, como buen criollo, siempre un paso adelante, siempre en joda, siempre en gracia. Se encargó en los últimos años de nuestra cultura, visual y carnal, nuestro arte erótico se lo tomaba muy en serio y rigurosidad.

Y en el chat oficial, voy a extrañar al cadete Ruíz de Somocurcio, a nuestro Gigi, presto a corregir los saludos cumpleañeros a los que no están en el grupo, con su característico “fulano no está en este grupo, salúdalo a su número personal”, cuando leía estos avisos me sonreía pensando su descontento cachaciento, que era cosa suya. Ahora se me quieren salir las lágrimas, pero sonrío, para que Gigi no me joda, que ando con mariconadas.

Seguirás con nosotros mi querido Ernesto Ruíz de Somocurcio Ruíz Huidobro, con tu nombre de Virrey, pero siempre Gigi como buen pata de barrio y del CMLP. Te imagino con “La Chola” y los otros que están en el camino del universo, no digo luz porque tengo mis dudas, mentira, seguro me equivoco, porque ningún ser celestial se perdería la reunión cunda que van a armar, con trago, bromas risas y tomadas de pelo, con mucho amor aunque sean mariconadas. Siempre míranos mi hermano, que tu espíritu nos acompañe siempre. Un abrazo y abróchese el capotín, que el frío y la neblina no lo jodan.”

Flavio Vera