Como hijo de padres provincianos que buscaban lo mejor para sus hijos, mis padres buscaron la posibilidad de enviarme a estudiar a Lima. Dentro de esa búsqueda que incluía los colegios que tenían internado de esa época, mi madre se encontró con una comadre que al contarle lo que buscábamos ella le menciono que tenía a su hijo internado en un colegio militar y que tenía una buena formación, etc, etc.

Es así que nace el interés y todo el tema de postular y más, captaron mi expectativa, es así que logre el ingreso y el 26 de marzo de 1973 se da inicio a lo que sería mi nueva vida, una vida que en tres años logro formarme con disciplina, responsabilidad, lealtad y honestidad. Estos valores marcan mi persona hoy y siempre y tratare de seguirlos inculcando a mis hijos y nietos.

De esos tres años tengo grandes amigos, hermanos diría, y y algo tan preciado que trato de conservar esto hasta el final de mis días.

Cada encuentro con mis hermanos leonciopradinos está lleno de alegrías, recuerdos y por qué no el enterarnos como vamos en nuestra vida actual.

Muchas anécdotas que comentar y de algunas mis hijos se sorprenden de lo vivido o de cuando estamos en algún lugar y alguien dice por ahí ALTO EL PENSAMIENTO Y se escuchan de diversos lugares respuestas COMO UNA BANDERA.

Recio el corazón

(*) En lo personal no tengo servicios pero trabajo en una central de esterilización privada hace 16 años ya y trabajamos con gran parte de hospitales, clínicas privadas, centros médicos, etc.